Latinoamérica un continente de paradojas: Juventud y espacio público...1
Me
gustaría iniciar esta primera reflexión con una anécdota particular sobre una
experiencia de trabajo realizado con jóvenes. En el año 2005 un grupo de
educadores de calle, animadores, psicólogos empezamos a trabajar en un proyecto
educativo dirigido a fortalecer el tejido social en una comunidad ubicada en un
barrio de Caracas. Además de hacer un trabajo comunitario con las familias que
vivían con un alto nivel de vulnerabilidad, debido al problema de la
infraestructura de sus viviendas, mediados en un ambiente de tráfico y consumo
de drogas, e inmersos en un “contexto en el que se han ido desarrollando y
naturalizando diversas expresiones del fenómeno mismo de la pobreza” (Alvarado,
2013). Uno de los objetivos de este proyecto estaba orientado en diseñar un
programa en el que los niños y los jóvenes lograran, desde su espacio local,
reflexionar y participar activamente en diversas actividades que les
permitieran desarrollar valores y desarrollo de capacidades, proporcionándoles
espacios de discusión y formación en el caso de los jóvenes; y de recreación educativa
en valores personales y sociales en el caso de los más pequeños. Dicho así, el proyecto, bajo la previa
aceptación de la organización comunitaria, parecería un éxito. Al menos así lo fue
durante sus primeros años de gestión. Los jóvenes lograron integrarse y
participar con sus propias ideas y propuestas, diseñaron proyectos gestionados
por ellos mismos. Su interés por trabajar en grupo y la capacidad de algunos de
ellos por liderar decisiones fue importante para su desarrollo social. Las
propuestas y proyectos implicaban la necesaria articulación de organismos
gubernamentales, pero lamentablemente no existió un espacio de diálogo por
parte de estas instancias. Los señalamientos hacia “un grupo de jóvenes” que no
son reconocidos como sujetos, como ciudadanos,
ni como adultos, implicó que las respuestas a sus demandas se vieran
enmarcadas en una especie de vacilación por la autoridad local. Aunque
posteriormente, el equipo de educadores les apoyara intentando buscar otros
mecanismos, la desmotivación entre los jóvenes fue creciendo, “la desesperanza aprendida” fue más fuerte
que los intentos por ser reconocidos y escuchados como un grupo de jóvenes
pertenecientes a una comunidad organizada. Lamentablemente el proyecto se fue
desarticulando poco a poco, dado también
a otros elementos que fueron surgiendo y
que incidieron en el replanteamiento de los objetivos iniciales.
Este
hecho me invita constantemente a reflexionar sobre cómo está construido
culturalmente el espacio que puede darse a la participación de los jóvenes en
la sociedad. Desde mi perspectiva, las políticas de juventud siguen
construyéndose desde una visión adultocéntrica, más allá de que, en el caso de
Venezuela, se plantee la democracia participativa, y la voz y la necesidad del “pueblo”, siguen siendo elementos
desvinculados del conocimiento y avances de las perspectivas de los estudios sobre
juventud que les reconoce como sujetos y ciudadanos de derecho. Es complejo
lograr construir y formar una nueva cultura basada en una perspectiva
generacional, que permita comprender que
los niños y los jóvenes pueden ser “sujetos activos capaces de elaborar
estrategias culturales y políticas de
resistencia cotidianas” (Alvarado, 2012). Quizá uno de los desafíos más
urgentes es c superar
la brecha entre quienes hacen las políticas de juventud y quienes están en el
terreno produciendo nuevos conocimientos desde las necesidades emergentes.
Los
jóvenes quieren creer en una participación activa, y quieren ser voces
escuchadas. El escepticismo de los jóvenes es una versión construida por parte
de quienes no quieren escucharles. Sus
prácticas diarias tienen mucho que decir, más allá de lo que el Estado, en su
condición paternal, crea necesario para ellos. Esto es una de las cosas más
difíciles de lograr, el reconocimiento de una condición ciudadana, con
características propias fundadas por los jóvenes.
Gloria Graterol
Bibliografía:
Alvarado S., Sara V. (2013), Clase 1: Latinoamérica un continente de
paradojas: Retos para la construcción de
conocimiento en los campos de niñez y juventud desde la hermenéutica ontológica
política [documento para uso y
circulación exclusiva durante el desarrollo del curso virtual] Perspectivas
epistemológicas y metodológicas de la investigación en infancias y juventudes
en América Latina. Seminario virtual – CLACSO.
Alpízar, Lydia, & Bernal, Marina. (2003). La Construcción Social
de las Juventudes. Ultima década, 11(19), 105-123. Recuperado en 04 de
septiembre de 2013, de
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-2362003000200008&lng=es&tlng=es.
10.4067/S0718-22362003000200008.
[1] Estas reflexiones son producto del seminario virtual
"Perspectivas epistemológicas y metodológicas de la investigación en
infancias y juventudes en América Latina" realizado en la plataforma de
CLACSO, 2013.