martes, 8 de octubre de 2013

Reflexiones....Jóvenes, comunidad y Políticas



Latinoamérica un continente de paradojas: Juventud y espacio público...1 

 

Me gustaría iniciar esta primera reflexión con una anécdota particular sobre una experiencia de trabajo realizado con jóvenes. En el año 2005 un grupo de educadores de calle, animadores, psicólogos empezamos a trabajar en un proyecto educativo dirigido a fortalecer el tejido social en una comunidad ubicada en un barrio de Caracas. Además de hacer un trabajo comunitario con las familias que vivían con un alto nivel de vulnerabilidad, debido al problema de la infraestructura de sus viviendas, mediados en un ambiente de tráfico y consumo de drogas, e inmersos en un “contexto en el que se han ido desarrollando y naturalizando diversas expresiones del fenómeno mismo de la pobreza” (Alvarado, 2013). Uno de los objetivos de este proyecto estaba orientado en diseñar un programa en el que los niños y los jóvenes lograran, desde su espacio local, reflexionar y participar activamente en diversas actividades que les permitieran desarrollar valores y desarrollo de capacidades, proporcionándoles espacios de discusión y formación en el caso de los jóvenes; y de recreación educativa en valores personales y sociales en el caso de los más pequeños.  Dicho así, el proyecto, bajo la previa aceptación de la organización comunitaria,  parecería un éxito. Al menos así lo fue durante sus primeros años de gestión. Los jóvenes lograron integrarse y participar con sus propias ideas y propuestas, diseñaron proyectos gestionados por ellos mismos. Su interés por trabajar en grupo y la capacidad de algunos de ellos por liderar decisiones fue importante para su desarrollo social. Las propuestas y proyectos implicaban la necesaria articulación de organismos gubernamentales, pero lamentablemente no existió un espacio de diálogo por parte de estas instancias. Los señalamientos hacia “un grupo de jóvenes” que no son reconocidos como sujetos, como ciudadanos, ni como adultos, implicó que las respuestas a sus demandas se vieran enmarcadas en una especie de vacilación por la autoridad local. Aunque posteriormente, el equipo de educadores les apoyara intentando buscar otros mecanismos, la desmotivación entre los jóvenes fue creciendo, “la desesperanza aprendida” fue más fuerte que los intentos por ser reconocidos y escuchados como un grupo de jóvenes pertenecientes a una comunidad organizada. Lamentablemente el proyecto se fue desarticulando poco a poco,  dado también a otros elementos  que fueron surgiendo y que incidieron en el replanteamiento de los objetivos iniciales.

Este hecho me invita constantemente a reflexionar sobre cómo está construido culturalmente el espacio que puede darse a la participación de los jóvenes en la sociedad. Desde mi perspectiva, las políticas de juventud siguen construyéndose desde una visión adultocéntrica, más allá de que, en el caso de Venezuela, se plantee la democracia participativa, y la voz  y la necesidad del “pueblo”,  siguen siendo elementos desvinculados del conocimiento y avances  de las perspectivas de los estudios sobre juventud que les reconoce como sujetos y ciudadanos de derecho. Es complejo lograr construir y formar una nueva cultura basada en una perspectiva generacional, que permita comprender  que los niños y los jóvenes pueden ser “sujetos activos capaces de elaborar estrategias culturales  y políticas de resistencia cotidianas” (Alvarado, 2012). Quizá uno de los desafíos más urgentes es c superar la brecha entre quienes hacen las políticas de juventud y quienes están en el terreno produciendo nuevos conocimientos desde las necesidades emergentes. 

Los jóvenes quieren creer en una participación activa, y quieren ser voces escuchadas. El escepticismo de los jóvenes es una versión construida por parte de quienes no quieren escucharles.  Sus prácticas diarias tienen mucho que decir, más allá de lo que el Estado, en su condición paternal, crea necesario para ellos. Esto es una de las cosas más difíciles de lograr, el reconocimiento de una condición ciudadana, con características propias fundadas por los jóvenes. 
Gloria Graterol




Bibliografía:

Alvarado S., Sara V. (2013), Clase 1: Latinoamérica un continente de paradojas: Retos para la construcción de conocimiento en los campos de niñez y juventud desde la hermenéutica ontológica política [documento  para uso y circulación exclusiva durante el desarrollo del curso virtual] Perspectivas epistemológicas y metodológicas de la investigación en infancias y juventudes en América Latina. Seminario virtual – CLACSO.

Alpízar, Lydia, & Bernal, Marina. (2003). La Construcción Social de las Juventudes. Ultima década, 11(19), 105-123. Recuperado en 04 de septiembre de 2013, de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-2362003000200008&lng=es&tlng=es. 10.4067/S0718-22362003000200008. 



[1] Estas reflexiones son producto del seminario virtual "Perspectivas epistemológicas y metodológicas de la investigación en infancias y juventudes en América Latina" realizado en la plataforma de CLACSO, 2013.